La llevaron al Comité de Investigación como testigo, de allí la llevaron al centro de prisión preventiva en la calle Okrestina como criminal

Acusan a una estudiante de Universidad Económica Estatal de Belarús de disturbios

9 septiembre 2020, 17:53 | Belsat
This image has an empty alt attribute; its file name is xN9Iw5q9qpGbAHiJ_0aomMqkoAGvECSrB-IXiMNyQl7qxqpCs8ruBedzn8MSJQqCm0DIWQJdqxsJSCd5M1FXTyqW2EcIBE1SqJ8Fhdf0p1IJmkvtQe-N-nnMRgmn7qrj6CD-6GyZ
Anastasia Dudzina.
Fuente: Belsat

Anastasia Dudzina, una habitante de Minsk de 20 años, resultó herida la noche posterior a las elecciones después de la explosión de una granada aturdidora: un fragmento le golpeó una pierna y la explosión le rompió un tímpano. Ahora se ha abierto una causa penal contra la chica, que se enfrenta a hasta ocho años de prisión.

«¡Fuera de aquí, p*ta!»

Anastasia Dudzina, una habitante de Minsk de 20 años, resultó herida la noche posterior a las elecciones después de la explosión de una granada aturdidora: un fragmento le golpeó una pierna y la explosión le rompió un tímpano. Ahora se ha abierto una causa penal contra la chica, que se enfrenta a hasta ocho años de prisión.

Está acusada de conformidad con el párrafo 2 del artículo 293 del código Penal de Belarús: participación en disturbios acompañados de violencia contra personas, pogromos, incendios, destrucción de propiedad o resistencia armada a los representantes de las autoridades.

Belsat.eu habló con la madre de Anastasia, Nina Sakalouskaya, sobre la detención de la chica y los eventos que la precedieron.

Según Nina, la noche del 9 al 10 de agosto, Anastasia estaba con unos amigos. Observaron lo que estaba sucediendo en las calles de Minsk desde las ventanas del apartamento de uno de los amigos. Los jóvenes tenían miedo de salir hasta que las cosas se calmaran al menos un poco. Anastasia se dispuso a ir a casa alrededor de la 1:30 de la noche. La acompañaban sus amigos. Cuando los jóvenes caminaban por la calle Kalvariiskaya, se les acercaron un furgón y varias furgonetas. Una granada aturdidora explotó, los antidisturbios ordenaron a los jóvenes que se tumbaran en el suelo.

«Anastasia pidió: no nos golpeéis, por favor, solo íbamos a casa, no hemos hecho nada», dice Nina. Pero el policía antidisturbios le dio una patada en la espalda y le dijo que «se tumbara».

Anastasia intentó arrastrarse, él la agarró por detrás por la sudadera, vio que era una chica y le dijo: ¡«Fuera de aquí, p*ta!»

Nasta [hipocorístico de Anastasia – Nota del traductor] logró salir de allí. Fue recogida por personas que pasaban por el lugar. En su automóvil, Anastasia sintió que estaba sangrando por la pierna, la chica vio que tenía toda la zapatilla llena de sangre y algo sobresalía de su pierna. Las personas que llevaban a Anastasia llamaron a una ambulancia.

Cirugía en la pierna, contusión, tímpano roto

«Anastasia me llamó y me dijo que la estaban llevando al hospital militar», dice la madre de la joven. «Además, no escuchaba bien, más tarde se descubrió que tenía un tímpano roto. Anastasia dijo también que le lloraban los ojos y que no veía bien con las gafas. Me opuse a que fuera al hospital militar, pedí que no fuera allí, pero al final lo acepté, ya que necesitaba ayuda urgente. La operaron, sacaron fragmentos de una granada. Cuando se le pasó la anestesia, un empleado de la policía vino a interrogarla y, según Anastasia, le dio algo para firmar. Pero no puede recordar si firmaba algo o no, ya que aún no estaba completamente consciente después de la anestesia y el shock experimentado. Fue interrogada de nuevo a la mañana siguiente como testigo de lo ocurrido».

Epicrisis de Anastasia.
Fuente: Belsat

El día 12 a Anastasia le dieron el alta. Según su madre, a la chica le dieron cita para un reconocimiento médico de daños físicos, pero ella no fue, ya que ella y su madre decidieron que eso no resultaría en nada. Como dice la señora Nina, ellas no pensaban que la historia tendría continuación.

La chica fue a una consulta al RNPC (Centro médico Republicano de Ciencia y Profiláctica – Nota de traductor) de otorrinolaringología. Allí recibió un certificado médico de que había tenido algo parecido a una contusión, la membrana del tímpano rota, pero los doctores dijeron que la membrana se recuperaría sola, había que esperar. Como dice la señora Nina, Nasta lleva todo este tiempo poniéndose tapones en los oídos para evitar que le entre agua o polvo. Estos días tuvo que ir de nuevo a la consulta.

Las heridas que tiene en las piernas no se han sanado, Nasta sigue vendándolas.

«Hemos averiguado que su hija es culpable de crímenes»

«No nos molestó nadie hasta el 7 de septiembre», dice Nina Sakalouskaya. «Pero el día 7 a las 7 de la madrugada tuvimos una visita de la Dirección del Comité de Investigación de Minsk. Uno de los agentes se identificó, los demás iban de paisano, no se nombraron, ni siquiera sé quiénes eran. A Nasta se la llevaron al Comité de Investigación en la calle Pershamaiskaya 7 como testigo de los acontecimientos de la noche del 9 al 10 de agosto».

Según la señora Nina, Nasta la llamó solo después de las 11 de la mañana y dijo que le quitaban el teléfono móvil por un mes para las investigaciones; también advirtió que pronto su casa sería registrada.

«Sobre las 13:30 la misma gente que la había llevado a Nasta, entregaron a Nasta a la casa, pidieron llamar a dos testigos y empezaron el registro», cuenta la madre de Anastasia. «Se quedaron muy sorprendidos de que en nuestra casa no había dispositivos de almacenamiento de información. Se llevaron la ropa que Nasta llevaba puesta el 9 de agosto. Sus deportivas se habían quedado tal y como estaban aquella noche, incluso con la sangre, yo no las había lavado. El pantalón sí lo lavé. Ellos se lo llevaron todo: las deportivas, el pantalón y la sudadera. A Nasta la llevaron de nuevo a la calle Pershamaiskaya con la excusa de que tenían más preguntas».

Estación de metro «Pushkinskaya», Minsk, Belarus. 10 agosto 2020.
Fuente: Aliaksandr Vasiukovitch, vot-tak.tv / belsat.eu

La señora Nina se quedó otra vez esperando en casa. La llamaron sobre las 17:20 y dijeron: «A las 14:45 hemos averiguado que su hija es culpable de crímenes».

«Yo pregunté a la agente de investigación: ¿de qué crímenes? Si ella acudió como testigo, ¿cómo llegó a ser delincuente?» dice la señora Nina. «No me explicaron más nada. Los detalles descubrí del abogado de Nasta, su número me pasaron las amigas de mi hija: ellas estaban esperando a Nasta en el Comité de Investigación y casi por casualidad ahí encontraron al abogado que le habían asignado. Luego los defensores de derechos humanos de «Viasna» me confirmaron que se podía confiar en él».

Como explicó el abogado a la señora Nina, a Nasta la acusaron en virtud de la parte 2 del artículo 293 del Código Penal de República de Belarús: participación en disturbios.

«A parte de eso me dijo que Nasta no es la primera que había estado en el hospital militar y ahora está detenido y acusado», relata Nina Sakalouskaya. «Yo le estaba preguntando, ¿qué hago ahora? ¿cómo ayudo a mi hija, qué ha pasado de ser testigo a delincuente? Él me aconsejó dirigirme a todos los medios, darle la máxima resonancia a la situación, porque es un incumplimiento total de las leyes».

«¿Cómo defendernos si las leyes aquí ya no se cumplen?»

Según la señora Nina, a Nasta la detuvieron durante 72 horas, y este término se acaba el 10 de septiembre a las 14:45. Este mismo día están planeados los procedimientos de la investigación sobre la participación de la chica.

La madre ahora no tiene ninguna comunicación con su hija. Ni siquiera dejan al abogado visitar a Anastasia por causa de la Covid19.

«Ayer, cuando fui a llevar unas cosas a Nasta, el empleado que las recogía dijo que no me preocupara porque las condiciones son buenas, que los detenidos tienen papel, jabón y nadie les está pegando. Un SPA, vamos. ¿Pero qué van a decir? Está claro, asegurar que todo está bien», dice la señora Nina.

La madre de la estudiante relató también que en Okrestina ahora se encuentra una chica más, Marina. Ella estuvo en el hospital militar con Nasta. La señora Nina considera que es el modo de amenazar a los jóvenes, así el poder quiere enseñarles su posición.

Marcha de estudiantes. Minsk, Belarus. 1 septiembre 2020.
Fuente: Aliaksandr Vasiukovitch, vot-tak.tv / belsat.eu

«A los estudiantes, los jóvenes, los están echando de aquí. A nuestro futuro, a la gente que debe desarrollar este país. El estado ahora hace que los jóvenes no tengan vida aquí, que estén obligados a irse del país», por su voz se oye que la señora Nina está llorando, pero la mujer sigue hablando. «¿De qué leyes estamos hablando si te pueden llevar como testigo, y luego resulta que estás bajo un artículo penal? ¿Por qué? ¿Porque el ciudadano iba a su casa, sufrió la explosión de una granada, y resulta que es culpable de eso y no se sabe de qué más? ¿La recogieron de una barricada o ella estaba oponiendo resistencia a un agente de policía? ¿Qué hizo ella? Las leyes solo trabajan para ellos, y si lo necesitan. Si, Dios te libre, tocas a un antidisturbios, te acusan de un artículo penal y te encarcelan. Pero cuando ellos hacen daño a la gente, no se inicia ni un caso. ¿Eso es normal? Nosotros queremos solucionarlo todo de manera justa y pacífica. En respuesta nos detienen, disparan, amenazan, diciendo que será aún peor. Hay que luchar contra eso, pero ¿cómo, si no hay métodos legales para defendernos?»

Durante las protestas que están teniendo lugar en Belarús a partir del 9 de agosto han sido detenidas más de 7.000 de personas.

Al comité de Investigación se han entregado alrededor de 1.000 denuncias de ciudadanos de Belarús. Hasta la fecha de la presente publicación no han instruido ni una causa por abuso de autoridad por parte de los agentes del MUS (Ministerio del Interior).